Fuente: El Economista
Más de 25 millones de españoles compraron online el año pasado, con los consecuentes envíos de mensajería tensionando la red logística nacional. La cifra supone casi un 8% más que en 2020, (cuando se dispararon los pedidos exponencialmente por la pandemia) o, en otras palabras, 8 de cada 10 personas que navegan por internet en nuestro país. Navegar por internet es sinónimo de comprar online, como la próxima campaña del Black Friday se encargará de recordarnos.
Según el Observatorio Cetelem, cada 5 segundos se entrega un paquete en la ciudad de Barcelona. El dato puede servir para ejemplificar el frenético ritmo del sector, y resulta preocupante si se cruza con otro: más de la mitad de las personas consultadas (54%) ha devuelto ropa (el producto más comprado) que ha adquirido online.
¿Devolvemos más de lo que compramos? Comprar varias tallas de la misma prenda o adquirir decenas de productos para quedarse con uno solo son nuevas prácticas que están afectando a los retailers, que suficiente trabajo tienen atendiendo la demanda tan alta a la que están sometidos. Dicha demanda les deja poco margen para analizar todo lo que sucede a su alrededor, perdiendo visibilidad en su cadena de suministro, cada vez más tensionada por la urgencia y el volumen de pedidos.
Esta pérdida de capacidad de análisis y visión, por desgracia, no es algo excepcional del sector del retail. Existen ciertos paralelismos con otros sectores que debemos analizar para conseguir una cadena de suministro más eficiente y sostenible.
Trazabilidad logística: mostrando la red invisible que mueve el mundo
El sector logístico es, sin duda, un sector que aporta un enorme valor social y económico, pero que pasa inadvertido más de lo que debería. En los últimos años, lo hemos aprendido a la fuerza, con el parón global de la pandemia y el bloqueo del Canal de Suez como algunos de los casos más sonados.
Más allá del caso de los retailers, en el sector de la logística siguen existiendo ciertas ineficiencias que frenan su avance en un contexto que les exige mayor velocidad y capacidad que nunca. Dicho contexto ha obligado en cierta medida a introducir nuevas tecnologías en un sector que ve en la digitalización beneficios, pero también retos, aumentos de costes y complejidad. Un ejemplo práctico es el de la compañía de paquetería CouriersPleace, perteneciente al servicio postal de Singapur, que está empleando conectividad 0G para desplegar una solución de seguimiento de bajo coste que les da información de la ubicación exacta de sus paquetes, lo que les ha permitido optimizar operaciones.
El sector logístico es el sistema circulatorio que bombea la sangre que revitaliza la actividad económica global. Una red invisible que conecta nuestro mundo, a los productores y los consumidores. En un mundo digital, estamos acostumbrados a lo intangible, a este tipo de redes invisibles. Como consumidores, nos separamos cada vez más del “cómo” de los procesos, a medida que desaparecen las fricciones, pero lo cierto es que, como profesionales, necesitamos dotar a nuestras cadenas de suministro de mayor y más completa trazabilidad. ¿Es posible que podamos visibiliza lo invisible?
Internet de las cosas: conectando nuestro mundo
Un estudio elaborado por el operador logístico DHL (“La digitalización y las cadenas de suministro. ¿Dónde estamos y qué está por venir?”) asegura que el internet de las cosas o ‘IoT’ es la tercera solución tecnológica que más seduce a los profesionales de la logística.
Personalmente, no encuentro sorprendente tal conclusión, dado que el IoT ataca la principal línea de flotación de la falta de trazabilidad en el sector previamente descrita. El avance de la tecnología, cada vez más sencilla y barata, facilita por ejemplo la sensorización en los envíos, facilitando la gestión operativa, pero también recopilando datos que permiten optimizar las rutas y, en síntesis, entender mejor la naturaleza de estas “redes invisibles” que mueven nuestra economía.
Esta tecnología se encuentra en pleno auge y los avances en sectores como la logística o la industria 4.0 no hacen sino acrecentar las necesidades de nuevos modelos de conectividad más eficientes y escalables. La respuesta se halla en lo que conocemos como el “0G”, un enfoque alternativo al 5G como estándar de comunicaciones de respaldo que, apostando por la baja potencia y el amplio alcance, y la tecnología de radio, complementa una red de comunicaciones cada vez más potente y ubicua.
Tanto en el retail como en cualquier otro sector es importante mejorar la trazabilidad y, es ahí donde entra en juego el IoT para que la cadena de suministro sea eficiente hoy. A priori, su aplicación puede suponer un reto, pero las transformaciones no deben verse como algo complejo (complejidad que, por otro lado, cada vez se reduce más), sino como una oportunidad de mejora.