Fuente: Prosostenible
En el 2015, la Unión Europea (UE) presentó su primer Plan de Acción de Economía Circular. Esta medida nació con el objetivo de gestionar de una forma más eficiente los 2.500 millones de toneladas de residuos al año que se producen en todo el territorio. La eliminación de estos desechos sumado a la extracción y producción de diferentes materiales tienen un fuerte impacto ambiental en el planeta y consientes de esta situación la iniciativa busca volver a Europa más innovadora y sostenible en estos temas.
La economía circular es un modelo de consumo y producción que nace como alternativa al sistema económico lineal. Implica varios aspectos entre los que resalta el reutilizar, reciclar, alquilar o reparar diferentes productos existentes. Ello las veces que sea necesario para que el ciclo de vida sea lo más amplio posible y así reducir al mínimo los residuos. En comparación al uso tradicional que consiste en utilizar y desechar, esta forma de manejar los productos marca una diferencia bastante amplia.
Procesos de la economía circular
En este sentido, la UE señala que es importante mejorar los procesos de la economía circular por varios motivos: el primero de ellos es el uso de materias primas y el impacto en las empresas, pues son varios países europeos los que dependen de otros para su adquisición. Estos, por su misma naturaleza, no son infinitos y su escasez es cada vez mayor por la demanda que existe relacionada inevitablemente al aumento de la población a nivel mundial.
También se tiene en cuenta que la reutilización, una de las características de la economía circular, impacta en el ahorro de cualquier empresa que lo aplique. Además de aportar al crecimiento económico con un 0,5% adicional al PIB y que de aquí a 2030 generaría al menos unos 700.000 puestos de trabajo en Europa. Respecto a la población el impacto es similar porque se contribuye a mejorar la calidad de vida y ahorro en el presupuesto que cada persona tenga.
Aplicable en diferentes áreas
Bajo esta consigna, el uso de la tecnología se proyecta como uno de los aliados más importantes para los objetivos que tiene la UE con el avance de la economía circular. Más aún el Internet de las Cosas (IoT), que contribuye a que cualquier proceso se vuelva sostenible y que gracias a su versatilidad es aplicable en diferentes áreas. En marzo del 2020 la Comisión Europea estableció siete sectores clave como parte de su plan de acción: textiles, embalaje, plásticos, alimentos, residuos electrónicos, construcción y vehículos.
Instalar herramientas de IoT resulta beneficioso en cualquier proceso al margen del área laboral. En el rubro textil, conectar las máquinas fabricantes de ropa a un software o programa inteligente genera que la productividad sea eficiente y óptima. De esta forma reduce no solo el uso de insumos, también de agua y emisión de gases. Desde el sector señalan que los tintes y otros elementos usados en la producción textil contaminan el 20% del agua a nivel mundial además de generar varias toneladas de desechos al año.
Gran aliado para el avance
Por otro lado, en el sector alimentario son de gran utilidad para reducir el desperdicio de alimentos. Solo en España, durante el 2020, se tiraron a la basura hasta 1.363 millones de kilos y más del 75% de esta cantidad eran productos que no fueron utilizados. Instalar dispositivos IoT, por ejemplo, en las cadenas de suministros reducen hasta un 15% este problema. Esto se logra mediante dispositivos que ayudan a establecer los tiempos correctos que los productos deben permanecer en una estantería, almacén o la vida útil que tienen, de manera precisa y evitando errores humanos. Tecnologías como el 0G ayudan a realizar esta tarea de forma efectiva y precisa, monitorizando la mercancía refrigerada en cualquier espacio en tiempo real, para que no se rompa la cadena de frío, entre otros usos.
De igual forma funcionan en los comedores o restaurantes. La instalación de IoT en los electrodomésticos, como los refrigeradores, generan información sobre qué alimentos son desperdiciados y los que son consumidos en su totalidad. Con estos datos las personas encargadas pueden realizar los pedidos con mayor exactitud y reducen la cantidad de alimentos que son tirados a la basura.
Sin duda, la presencia de estas herramientas es beneficiosa en otros sectores laborales incluso en una mayor magnitud. En este sentido, el Internet de las Cosas se referencia como un gran aliado para avanzar con un ritmo acelerado hacia la economía circular. Es necesario, principalmente, que las empresas tengan en cuenta que la opción de usar tecnología en sus flujos de producción siempre es útil toda vez que se trate de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.